
Nos acostumbramos a vivir en departamentos y a no tener otra vista que no sea las ventanas de alrededor; Y porque no se tiene vista, luego nos acostumbramos a no mirar para afuera; Y porque no miramos para afuera, luego nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas; Y porque no abrimos del todo las cortinas, luego nos acostumbramos a encender más temprano la luz.
Y a medida que nos acostumbramos, olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos la amplitud...
Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde; A tomarnos el café corriendo porque estamos atrasados; A leer el diario en el autobús porque no podemos perder tiempo; A comer un sándwich porque no da tiempo para almorzar; A salir del trabajo ya de noche; A dormir en el autobús porque estamos cansados; A cenar rápido y dormir pesados sin haber vivido el día.
Nos acostumbramos a pensar que las personas cercanas a nosotros estarán siempre. A sonreír a las personas sin recibir una sonrisa de vuelta. A ser ignorados cuando precisábamos tanto ser vistos.
Si el trabajo está complicado, nos consolamos pensando en el fin de semana; Y si el fin de semana no hay mucho que hacer, o andamos cortos de dinero, nos vamos a dormir temprano y listo, porque siempre tenemos sueño atrasado. Nos acostumbramos a ahorrar vida... Que, de a poco, igual se gasta y que una vez gastada, por estar acostumbrados ¡NOS PERDIMOS DE VIVIR ¡ Dice el dicho:
"La muerte está tan segura de su victoria, que nos da toda una vida de ventaja"
El tiempo no se puede atrapar, mucho menos almacenar; nuestra existencia transcurre a gran velocidad, pero mientras tengamos vida, tenemos la oportunidad de cambiar nuestros hábitos, de tener una mejor calidad de existencia, de aprovechar y disfrutar cada respiro, cada latido de nuestro corazón. No trasformemos nuestra vida en una rutina inútil que nos haga infelices. Dios pone a nuestra disposición todos los elementos para ser seres felices,satisfechos y agradecidos por ese gran don (que es la vida), que con tanto amor nos ha sido otorgado. La vida no hay que ahorrarla... solo hay que vivirla plenamente...